Aquí conectamos al máximo con la obra de Jonathan Demme. Casi lloro cuando Paul Thomas Anderson dijo que era su director favorito. El nuevo OT ha conseguido emparentar su desdichada iconografía con uno de los planos con más texto y más subtexto de la historia del cine.
Mientras tanto, el debate cultural en los grandes medios se reduce a dos cuestiones irrelevantes:
a) Si está bien o mal que veas Operación Triunfo.
b) Qué clase de gente ve Operación Triunfo.
Ese es el nivel.
Con la de cosas increíbles e insospechadas que se pueden sobreanalizar en torno a la figura de Agoney.
También hay análisis más concienzudos a la contra.
En el periodismo contracultural mainstream español anclado en el materialismo dialéctico, Víctor Lenore sería una suerte de OT1 y Fernando Navarro funcionaría como Operación Triunfo 2017. Los dos enganchan, dividen opiniones y reciben lectores que nunca admitirían que les siguen.
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