Kylie comiendo paella en Valencia. Ha pasado de ser una diva inalcanzable, un hada pop en Moulin Rouge, una diosa lúbrica de superproducciones electroamatorias homoeróticas... a vestir y veranear como Emma García de MYHYV en una suerte de decadencia country-Bershka paulatina de la que Avicii debería sentirse en parte responsable.
Antes, imitar un clip de Kylie en tu casa era un sueño, ahora te pones en el comedor con tu teléfono Sony Xperia y a esperar los mensajes de pésame... Hay un punto kitsch tal vez reivindicable en esta etapa kylatina. Cierto espíritu muy preFever. Pero cuesta asumir el cuadro populista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario